Por lo que una
de las hipótesis podría decirse que, esa presión que sienten, ese
autocontrol a la hora de ser uno mismo y mostrarse, por lo que estos sujetos
pedirían a sus parejas la perfección y pagarían con ellas toda su frustración
contenida.
Otra hipótesis es que,
muchos hombres no conocen la lógica distancia que permite una relación sana;
buscan la fusión con su compañera. El hombre violento percibe alternativamente
a su compañera como inexistente y, por lo tanto, no hay motivos para tomarla en
consideración, o bien como excesivamente avasalladora y, en este caso, la
critica, la rebaja. Atrapados entre el miedo a la proximidad y la intimidad y
el miedo a ser abandonados, estos hombres albergan en su interior un
sentimiento de impotencia que les conduce a ejercer su poder, sobre su compañera.
Confunden amor y posesión. (Fuente:
MUNTANÉ, M.S. (2003).Violencia contra las mujeres y sexualidad
masculina. Barcelona. HIRIGOYEN, M.F. (2006). Mujeres maltratadas. Los mecanismos de la violencia en la pareja.
Barcelona. Ed. Paidós.)
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